Quiste ovárico tecaluteínico en una recién nacida.
Ginecol Obstet Mex 2008;76(3):174-7
Raúl Rojas Hernández,* Agustín Barrientos Olmos,** Elia Lara Lona,*** Ector Jaime Ramírez Barba****
* Cirujano pediatra. Investigador Asociado “A” de la Secretaría
de Salud.
** Ginecoobstetra adscrito a la Clínica de Especialidades Guadalupe,
Dolores Hidalgo, Guanajuato.
*** Epidemióloga, Socia adscrita al Capítulo Centro de la Academia
Mexicana de Cirugía, AC. Directora General de los Servicios
de Salud Estatales.
**** Profesor investigador titular B, Cuerpo Académico de Ciencias
Quirúrgicas. Universidad de Guanajuato. Académico Titular
de la Academia Mexicana de Cirugía, AC.
Correspondencia: Acad. Dr. Ector Jaime Ramírez Barba. Circuito
Jardín de San Juan de Dios 180, colonia Jardines del Campestre,
CP 37128. León, Guanajuato. Tel.: 01 (477) 217-8665. Fax: 01 (477)
781-1853. E-mail: ramirezbarba@quijote.ugto.mx
Recibido: febrero, 2008. Aprobado: febrero, 2008.
Este artículo debe citarse como: Rojas HR, Barrientos OA, Lara LE,
Ramírez BEJ. Quiste ovárico tecaluteínico en una recién nacida.
Ginecol Obstet Mex 2008;76(3):174-7.
RESUMEN
Los quistes ováricos son un hallazgo frecuente en fetos y neonatos. El tratamiento óptimo de los quistes ováricos fetales no está aún
debidamente determinado. Se comunica el hallazgo de un quiste ovárico tecaluteínico fetal (6.6 x 5.3 cm) diagnosticado prenatalmente
mediante ecografía. El embarazo se interrumpió por cesárea en la semana 38 de gestación. El quiste ovárico se extirpó por laparotomía
12 horas después. La evolución fue satisfactoria. Se revisó la bibliografía. El tratamiento quirúrgico de los quistes ováricos no complicados
es una opción cuando el quiste es mayor de 5 cm.
Palabras clave: embarazo, humanos, quiste ovárico congénito, patología, cirugía, terapia, recién nacido, enfermedades, ecografía,
prenatal.
debidamente determinado. Se comunica el hallazgo de un quiste ovárico tecaluteínico fetal (6.6 x 5.3 cm) diagnosticado prenatalmente
mediante ecografía. El embarazo se interrumpió por cesárea en la semana 38 de gestación. El quiste ovárico se extirpó por laparotomía
12 horas después. La evolución fue satisfactoria. Se revisó la bibliografía. El tratamiento quirúrgico de los quistes ováricos no complicados
es una opción cuando el quiste es mayor de 5 cm.
Palabras clave: embarazo, humanos, quiste ovárico congénito, patología, cirugía, terapia, recién nacido, enfermedades, ecografía,
prenatal.
ABSTRACT
Ovarian cysts are frequent findings in fetuses and neonates, and their optimal therapy is not yet properly established. We report the finding
of a fetal thecalutein ovarian cyst (6.6 x 5.3 cm) diagnosed prenataly through sonography. Pregnancy was interrupted by cesarean section
during 38th gestation week. Ovarian cyst was removed twelve hours after cesarean section (laparotomy). Patient evolution was satisfactory.
Literature was reviewed. When ovarian cyst is higher than 5 cm and non-complicated, surgical therapy in an option.
Key words: pregnancy, humans, congenital ovarian cyst, pathology, surgery, therapy, newborn, diseases, ultrasonography, prenatal.
of a fetal thecalutein ovarian cyst (6.6 x 5.3 cm) diagnosed prenataly through sonography. Pregnancy was interrupted by cesarean section
during 38th gestation week. Ovarian cyst was removed twelve hours after cesarean section (laparotomy). Patient evolution was satisfactory.
Literature was reviewed. When ovarian cyst is higher than 5 cm and non-complicated, surgical therapy in an option.
Key words: pregnancy, humans, congenital ovarian cyst, pathology, surgery, therapy, newborn, diseases, ultrasonography, prenatal.
RÉSUMÉ
Les kystes de l’ovaire son une découverte fréquente chez des foetus et des nouveau-nés. Le traitement optimal des kystes ovariens foetaux
n’est pas encore bien défini. On rapport le cas d’un kyste de l’ovaire thécolutéinique foetal (6.6 x 5.3 cm) diagnostiqué prénatalement au
moyen d’ultrason. La grossesse a été interrompue par césarienne dans la semaine 38 de gestation. Le kyste ovarien a été extirpé 12 heures
après la césarienne par laparotomie. L’évolution a été satisfaisante. On a fait une révision de la bibliographie. Le traitement chirurgical des
kystes ovariens non compliqués est une des options disponibles lorsque le kyste surpasse les 5 cm.
Mots-clés : grossesse, féminin, humains, kyste ovarien congénital, pathologie, chirurgie, thérapie, nouveau-né, maladies, ultrason, prénatal.
n’est pas encore bien défini. On rapport le cas d’un kyste de l’ovaire thécolutéinique foetal (6.6 x 5.3 cm) diagnostiqué prénatalement au
moyen d’ultrason. La grossesse a été interrompue par césarienne dans la semaine 38 de gestation. Le kyste ovarien a été extirpé 12 heures
après la césarienne par laparotomie. L’évolution a été satisfaisante. On a fait une révision de la bibliographie. Le traitement chirurgical des
kystes ovariens non compliqués est une des options disponibles lorsque le kyste surpasse les 5 cm.
Mots-clés : grossesse, féminin, humains, kyste ovarien congénital, pathologie, chirurgie, thérapie, nouveau-né, maladies, ultrason, prénatal.
RESUMO
Os quistos ovarianos são um achado freqüente nos fetos e neonatos. O melhor tratamento dos quistos ovarianos fetais ainda não está
bem definido. Comunica-se um caso de quisto ovariano tecaluteínico fetal (6,6 x 5,3 cm) diagnosticado pré-natalmente mediante ultra-sonografia.
A gravidez foi interrompida por cesárea na 38° semana de gestação. O quisto ovariano foi extirpado 12 horas depois da cesárea
por laparotomia. A evolução foi satisfatória. Foi revisado a bibliografia. Quando o quisto é maior de 5 cm, uma das opções disponíveis é
o tratamento cirúrgico dos quistos ovarianos não complicados.
Palavras chave: Gravidez, feminino, humanos, quisto ovariano congénito, patologia, cirurgia, terapia, recém nascido, enfermidades,
ultra-sonografia, pré-natal.
bem definido. Comunica-se um caso de quisto ovariano tecaluteínico fetal (6,6 x 5,3 cm) diagnosticado pré-natalmente mediante ultra-sonografia.
A gravidez foi interrompida por cesárea na 38° semana de gestação. O quisto ovariano foi extirpado 12 horas depois da cesárea
por laparotomia. A evolução foi satisfatória. Foi revisado a bibliografia. Quando o quisto é maior de 5 cm, uma das opções disponíveis é
o tratamento cirúrgico dos quistos ovarianos não complicados.
Palavras chave: Gravidez, feminino, humanos, quisto ovariano congénito, patologia, cirurgia, terapia, recém nascido, enfermidades,
ultra-sonografia, pré-natal.
Las masas ováricas pueden deberse a quistes funcionales
no neoplásicos o tumores benignos y
malignos. Los quistes funcionales no son verdaderas
neoplasias pero deben considerarse una variación del
proceso fisiológico normal que incluye los foliculares, del
cuerpo lúteo y los tecaluteínicos.1 Los quistes foliculares
se forman por la distensión de folículos desarrollados y
no suelen exceder 10 cm de diámetro, los menores de 2.5
cm se clasifican como normales y cuando exceden esta
medida son foliculares. La pared quística por lo general
está cubierta de células luteinizadas hasta antes de la
pubertad (quistes tecaluteínicos). Los quistes foliculares
múltiples luteinizados son comunes en casos de mola hidatidiforme
y coriocarcinoma, y se observan también en
embarazos gemelares, y excepcionalmente, en embarazos
únicos no complicados. Después del parto, la disminución
de la estimulación hormonal puede producir resolución
espontánea del quiste.2-4
En el feto, las lesiones quísticas abdominales son una
posibilidad de hallazgo durante la ultrasonografía prenatal,
que es un método confiable para identificar las masas
quísticas en el feto, aunque a veces no es posible hacer
un diagnóstico preciso.5 La relación del quiste con los
órganos adyacentes y la normalidad de los otros órganos
puede ayudar a precisar el diagnóstico. El procedimiento
diagnóstico implica detectar anormalidades relacionadas,
evaluar el líquido amniótico, visualizar los genitales,
valorar el cariotipo y la historia familiar. La detección
prenatal de quistes ováricos se reporta en el segundo o
tercer trimestres de la gestación.6 Debido a que el feto
no tiene una verdadera cavidad pélvica, el quiste puede
localizarse en el abdomen medio o superior o incluso en el
lado contralateral; cuando el quiste tiene un pedículo largo
puede desplazarse en todo el abdomen. El quiste puede
aumentar o disminuir de tamaño, incluso desaparecer o
tener complicaciones como: torsión, hemorragia, necrosis
y rotura, o causar obstrucción intestinal. Un quiste complicado
por torsión o hemorragia invariablemente contiene
líquido y detrito, un coágulo o un septum. Estos quistes
también pueden parecer sólidos, debido a un hematoma
organizado, o tener una pared ecogénica, delgada y bien
definida debido a calcificación distrófica. También puede
percibirse color o flujo espectral Doppler. Un quiste torcido
puede mostrar movilidad durante la ultrasonografía en
tiempo real debido a que lleva a la necrosis del pedículo
del quiste o de la trompa de Falopio, permite que se rompa
y que el quiste flote en la cavidad peritoneal. Se encuentra
polihidramnios en 5 a 10% de los pacientes, que se explica
por obstrucción parcial del intestino delgado o compresión
del cordón umbilical. La resonancia magnética nuclear es
un método muy confiable para diagnosticar la complicación
de hemorragia intraquística y auxiliar para establecer
la indicación de resolución quirúrgica.7,8
El tratamiento de los quistes ováricos diagnosticados
de manera prenatal puede ser conservador cuando miden
menos de 4 cm, ya que muchos de ellos involucionan. En
estos casos debe hacerse seguimiento sonográfico para ver
si aumentan de tamaño o cambian a imagen sugerente de
complicaciones. Cuando los quistes son mayores, algunos
autores recomiendan la descompresión intrauterina para
evitar complicaciones como la torsión ovárica;9 otros realizan
aspiración posterior al parto con el mismo fin. Cuando
los quistes tienen alguna complicación, o son mayores de
5 cm, se recomienda exéresis, ya sea por laparotomía o
por abordaje laparoscópico.10
Se comunica el caso de una paciente con quiste ovárico
tecaluteínico diagnosticado incidentalmente en la semana
37 de gestación y extirpado por laparotomía a las 12 horas
de nacida.
REPORTE DEL CASO
Primigesta de 19 años de edad, con embarazo normoevolutivo
y en control prenatal regular. En la semana 37 de
gestación (19 de agosto de 2005) el ultrasonido mostró feto
no neoplásicos o tumores benignos y
malignos. Los quistes funcionales no son verdaderas
neoplasias pero deben considerarse una variación del
proceso fisiológico normal que incluye los foliculares, del
cuerpo lúteo y los tecaluteínicos.1 Los quistes foliculares
se forman por la distensión de folículos desarrollados y
no suelen exceder 10 cm de diámetro, los menores de 2.5
cm se clasifican como normales y cuando exceden esta
medida son foliculares. La pared quística por lo general
está cubierta de células luteinizadas hasta antes de la
pubertad (quistes tecaluteínicos). Los quistes foliculares
múltiples luteinizados son comunes en casos de mola hidatidiforme
y coriocarcinoma, y se observan también en
embarazos gemelares, y excepcionalmente, en embarazos
únicos no complicados. Después del parto, la disminución
de la estimulación hormonal puede producir resolución
espontánea del quiste.2-4
En el feto, las lesiones quísticas abdominales son una
posibilidad de hallazgo durante la ultrasonografía prenatal,
que es un método confiable para identificar las masas
quísticas en el feto, aunque a veces no es posible hacer
un diagnóstico preciso.5 La relación del quiste con los
órganos adyacentes y la normalidad de los otros órganos
puede ayudar a precisar el diagnóstico. El procedimiento
diagnóstico implica detectar anormalidades relacionadas,
evaluar el líquido amniótico, visualizar los genitales,
valorar el cariotipo y la historia familiar. La detección
prenatal de quistes ováricos se reporta en el segundo o
tercer trimestres de la gestación.6 Debido a que el feto
no tiene una verdadera cavidad pélvica, el quiste puede
localizarse en el abdomen medio o superior o incluso en el
lado contralateral; cuando el quiste tiene un pedículo largo
puede desplazarse en todo el abdomen. El quiste puede
aumentar o disminuir de tamaño, incluso desaparecer o
tener complicaciones como: torsión, hemorragia, necrosis
y rotura, o causar obstrucción intestinal. Un quiste complicado
por torsión o hemorragia invariablemente contiene
líquido y detrito, un coágulo o un septum. Estos quistes
también pueden parecer sólidos, debido a un hematoma
organizado, o tener una pared ecogénica, delgada y bien
definida debido a calcificación distrófica. También puede
percibirse color o flujo espectral Doppler. Un quiste torcido
puede mostrar movilidad durante la ultrasonografía en
tiempo real debido a que lleva a la necrosis del pedículo
del quiste o de la trompa de Falopio, permite que se rompa
y que el quiste flote en la cavidad peritoneal. Se encuentra
polihidramnios en 5 a 10% de los pacientes, que se explica
por obstrucción parcial del intestino delgado o compresión
del cordón umbilical. La resonancia magnética nuclear es
un método muy confiable para diagnosticar la complicación
de hemorragia intraquística y auxiliar para establecer
la indicación de resolución quirúrgica.7,8
El tratamiento de los quistes ováricos diagnosticados
de manera prenatal puede ser conservador cuando miden
menos de 4 cm, ya que muchos de ellos involucionan. En
estos casos debe hacerse seguimiento sonográfico para ver
si aumentan de tamaño o cambian a imagen sugerente de
complicaciones. Cuando los quistes son mayores, algunos
autores recomiendan la descompresión intrauterina para
evitar complicaciones como la torsión ovárica;9 otros realizan
aspiración posterior al parto con el mismo fin. Cuando
los quistes tienen alguna complicación, o son mayores de
5 cm, se recomienda exéresis, ya sea por laparotomía o
por abordaje laparoscópico.10
Se comunica el caso de una paciente con quiste ovárico
tecaluteínico diagnosticado incidentalmente en la semana
37 de gestación y extirpado por laparotomía a las 12 horas
de nacida.
REPORTE DEL CASO
Primigesta de 19 años de edad, con embarazo normoevolutivo
y en control prenatal regular. En la semana 37 de
gestación (19 de agosto de 2005) el ultrasonido mostró feto
Figura 1. Ultrasonido que muestra el quiste de ovario izquierdo
sin datos de torsión.
sin datos de torsión.
Figura 3. Quiste de ovario derecho aspirado, útero y anexo izquierdo
sin alteraciones.
único vivo de 37.1 semanas de gestación por fetometría, de
sexo femenino, en situación longitudinal, posición cefálica,
dorso a la izquierda, actividad cardiaca rítmica con 154
latidos por minuto y movimientos fetales espontáneos. Se
identificó como hallazgo en el feto una imagen anecoica
pélvica, redonda de 6.64 x 5.32 cm independiente de la
vejiga, los riñones y el estómago, localizada a la izquierda
de la línea media, interpretada como quiste de ovario
sin datos de torsión (figura 1). El resto de la valoración
ultrasonográfica resultó normal.
Para evitar posibles complicaciones del quiste se practicó
operación cesárea el 30 de agosto. La niña pesó al
nacer 3,450 g, calificada con Apgar de 8-9. A su ingreso
a cuneros se encontró reactiva, con campos pulmonares
normales y sin dificultad respiratoria; tenía el abdomen
distendido a expensas de una masa intraabdominal en el
flanco izquierdo, blanda, móvil, no dolorosa a la palpación.
Los exámenes de laboratorio mostraron hemoglobina
de 12.5 g/dL, leucocitos de 16,300/mm3, plaquetas de
141,000/mm3, tipo sanguíneo O+. Los estudios de imagen
mostraron ultrasonido abdominal con tumoración dependiente
del ovario izquierdo de 7 x 4.3 cm.
Por estos hallazgos, a las 12 horas de nacida se intervino
el abdomen quirúrgicamente, se encontró un quiste
ovárico derecho de 7 x 5 cm, de paredes engrosadas con
líquido citrino en su interior (100 cm3), que modificaba
la anatomía propia de una recién nacida, adentro había
múltiples quistes de 0.5 cm de diámetro. El resto de los
órganos intraabdominales, útero y anexos izquierdos,
fue normal. Se practicó salpingo-oforectomía derecha,
sin alteraciones.
único vivo de 37.1 semanas de gestación por fetometría, de
sexo femenino, en situación longitudinal, posición cefálica,
dorso a la izquierda, actividad cardiaca rítmica con 154
latidos por minuto y movimientos fetales espontáneos. Se
identificó como hallazgo en el feto una imagen anecoica
pélvica, redonda de 6.64 x 5.32 cm independiente de la
vejiga, los riñones y el estómago, localizada a la izquierda
de la línea media, interpretada como quiste de ovario
sin datos de torsión (figura 1). El resto de la valoración
ultrasonográfica resultó normal.
Para evitar posibles complicaciones del quiste se practicó
operación cesárea el 30 de agosto. La niña pesó al
nacer 3,450 g, calificada con Apgar de 8-9. A su ingreso
a cuneros se encontró reactiva, con campos pulmonares
normales y sin dificultad respiratoria; tenía el abdomen
distendido a expensas de una masa intraabdominal en el
flanco izquierdo, blanda, móvil, no dolorosa a la palpación.
Los exámenes de laboratorio mostraron hemoglobina
de 12.5 g/dL, leucocitos de 16,300/mm3, plaquetas de
141,000/mm3, tipo sanguíneo O+. Los estudios de imagen
mostraron ultrasonido abdominal con tumoración dependiente
del ovario izquierdo de 7 x 4.3 cm.
Por estos hallazgos, a las 12 horas de nacida se intervino
el abdomen quirúrgicamente, se encontró un quiste
ovárico derecho de 7 x 5 cm, de paredes engrosadas con
líquido citrino en su interior (100 cm3), que modificaba
la anatomía propia de una recién nacida, adentro había
múltiples quistes de 0.5 cm de diámetro. El resto de los
órganos intraabdominales, útero y anexos izquierdos,
fue normal. Se practicó salpingo-oforectomía derecha,
Figura 2. Quiste ovárico derecho con líquido citrino en su interior.
previa aspiración del contenido del quiste para facilitar su
extracción (figuras 2 y 3). La evolución posoperatoria fue
satisfactoria, y egresó a las 72 horas del posoperatorio.
El reporte histopatológico mostró un ovario con cortical
de espesor normal, con abundantes folículos primordiales,
su estroma estaba luteinizado; el parénquima contenía
estroma ovárico luteinizado con quistes tecaluteínicos,
la superficie interna del quiste mayor tenía dos capas de
células luteinizadas; la salpinge era normal.
Los marcadores séricos de alfa fetoproteína fueron de
125,527 ng/mL en el cuarto día del posoperatorio y de
10,562 ng/mL en el día 16. El ultrasonido de control al
día 16 del posoperatorio fue normal.
DISCUSIÓN
Se comunica este caso para resaltar los siguientes hechos:
la utilidad del ultrasonido como prueba diagnóstica
prenatal de anormalidades fetales en lo general, y de los
quistes intraabdominales en particular. Los criterios para
establecer el diagnóstico de quiste de ovario fetal. La
existencia de una estructura quística de forma regular y
localizada en la porción inferior y lateral del abdomen
fetal, integridad del sistema urinario y gastrointestinal,
feto de sexo femenino, lesiones mayores de 2.5 cm de
diámetro y edad gestacional tardía.
La decisión de adelantar el nacimiento por operación
cesárea y disminuir el riesgo de complicaciones, como
la rotura del quiste si se hubiera sometido a trabajo de
parto.
La decisión de intervenir quirúrgicamente a la paciente
en estado asintomático mediante laparotomía para extirpar
el quiste. Para facilitar la exteriorización del anexo se puncionó,
lo que disminuyó su volumen notablemente. Por la
disposición vascular útero-tubaria, con riesgo de dejar una
trompa de Falopio isquémica, se practicó salpingo-oforectomía.
Consideramos que el manejo realizado es lo más
recomendable, de acuerdo con la bibliografía actual.
REFERENCIAS
1. Baseviciene I, Martinkiene I, Basevicuis A, Labanauskas
L. Functional ovarian cysts in girls. Medicine (Kaunas)
2003;39(9):902-9.
2. Barad D, Gimovsky M, Petrie R, Bowe E. Diagnosis and
management of bilateral theca lutein cysts in a normal term
pregnancy. Diagn Gynecol Obstet 1981;3(2):27-30.
3. Montz F, Schlaerth J, Morrow C. The natural history of theca
lutein cysts. Obstet Gynecol 1988;72:247.
4. Bryant AE, Laufer MR. Fetal ovarian cysts: incidence, diagnosis
and management. J Reprod Med 2004;49(5):329-37.
5. Vogtlander MF, Rijntjes-Jacobs EG, Van den Hoonaard
TL, Versteegh FG. Neonatal ovarian cysts. Acta Paediatr
2003;92(4):498:501.
6. Agarwal R. Sonographic assessment of fetal abdominal cystyc
lesions: a pictorical essay. Ind J Radiol Imag 1999;9(4):169-
82.
7. Kuroiwa M, Hatakeyama SI, Suzuki N, Murai H, Toki F, Tsuchida
Y. Neonatal ovarian cysts: management with reference to
magnetic resonance imaging. Asian J Surg 2004;27(1):43.
8. El Shawarby S, Henderson A, Mossa M. Ovarian cysts during
pregnancy: dilemmas in diagnosis and management. J Obstet
Gynaecol 2005;25(7):669-75.
9. Pérez Palomino A, Pérez Caballero MC, Sanz Villa N, Pareja
Estalrroch C, Moreno Fernández L. Diagnóstico diferencial
y decisión terapéutica: a propósito de una masa quística
abdominal en un neonato. Rev Mex Pediatr 2005;72(3):133-
5.
10. Enriquez G, Durán C, Toran N, Piqueras J, Gratacos E,
et al. Conservative versus surgical treatment for complex
neonatal ovarian cysts: outcomes study. Am J Roentgenol
2005;185(2):501-8.
previa aspiración del contenido del quiste para facilitar su
extracción (figuras 2 y 3). La evolución posoperatoria fue
satisfactoria, y egresó a las 72 horas del posoperatorio.
El reporte histopatológico mostró un ovario con cortical
de espesor normal, con abundantes folículos primordiales,
su estroma estaba luteinizado; el parénquima contenía
estroma ovárico luteinizado con quistes tecaluteínicos,
la superficie interna del quiste mayor tenía dos capas de
células luteinizadas; la salpinge era normal.
Los marcadores séricos de alfa fetoproteína fueron de
125,527 ng/mL en el cuarto día del posoperatorio y de
10,562 ng/mL en el día 16. El ultrasonido de control al
día 16 del posoperatorio fue normal.
DISCUSIÓN
Se comunica este caso para resaltar los siguientes hechos:
la utilidad del ultrasonido como prueba diagnóstica
prenatal de anormalidades fetales en lo general, y de los
quistes intraabdominales en particular. Los criterios para
establecer el diagnóstico de quiste de ovario fetal. La
existencia de una estructura quística de forma regular y
localizada en la porción inferior y lateral del abdomen
fetal, integridad del sistema urinario y gastrointestinal,
feto de sexo femenino, lesiones mayores de 2.5 cm de
diámetro y edad gestacional tardía.
La decisión de adelantar el nacimiento por operación
cesárea y disminuir el riesgo de complicaciones, como
la rotura del quiste si se hubiera sometido a trabajo de
parto.
La decisión de intervenir quirúrgicamente a la paciente
en estado asintomático mediante laparotomía para extirpar
el quiste. Para facilitar la exteriorización del anexo se puncionó,
lo que disminuyó su volumen notablemente. Por la
disposición vascular útero-tubaria, con riesgo de dejar una
trompa de Falopio isquémica, se practicó salpingo-oforectomía.
Consideramos que el manejo realizado es lo más
recomendable, de acuerdo con la bibliografía actual.
REFERENCIAS
1. Baseviciene I, Martinkiene I, Basevicuis A, Labanauskas
L. Functional ovarian cysts in girls. Medicine (Kaunas)
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2. Barad D, Gimovsky M, Petrie R, Bowe E. Diagnosis and
management of bilateral theca lutein cysts in a normal term
pregnancy. Diagn Gynecol Obstet 1981;3(2):27-30.
3. Montz F, Schlaerth J, Morrow C. The natural history of theca
lutein cysts. Obstet Gynecol 1988;72:247.
4. Bryant AE, Laufer MR. Fetal ovarian cysts: incidence, diagnosis
and management. J Reprod Med 2004;49(5):329-37.
5. Vogtlander MF, Rijntjes-Jacobs EG, Van den Hoonaard
TL, Versteegh FG. Neonatal ovarian cysts. Acta Paediatr
2003;92(4):498:501.
6. Agarwal R. Sonographic assessment of fetal abdominal cystyc
lesions: a pictorical essay. Ind J Radiol Imag 1999;9(4):169-
82.
7. Kuroiwa M, Hatakeyama SI, Suzuki N, Murai H, Toki F, Tsuchida
Y. Neonatal ovarian cysts: management with reference to
magnetic resonance imaging. Asian J Surg 2004;27(1):43.
8. El Shawarby S, Henderson A, Mossa M. Ovarian cysts during
pregnancy: dilemmas in diagnosis and management. J Obstet
Gynaecol 2005;25(7):669-75.
9. Pérez Palomino A, Pérez Caballero MC, Sanz Villa N, Pareja
Estalrroch C, Moreno Fernández L. Diagnóstico diferencial
y decisión terapéutica: a propósito de una masa quística
abdominal en un neonato. Rev Mex Pediatr 2005;72(3):133-
5.
10. Enriquez G, Durán C, Toran N, Piqueras J, Gratacos E,
et al. Conservative versus surgical treatment for complex
neonatal ovarian cysts: outcomes study. Am J Roentgenol
2005;185(2):501-8.